La comarca de la Vega Baja del Segura, vertebrada por el curso final
de este río antes de su desembocadura en Guardamar, es una comarca
natural e histórica bien cohesionada.
Su identidad compartida con el resto de la Cuenca del Segura
hasta el siglo XIV es innegable. La capital de la comarca, la ciudad
de Orihuela, lo fue también de todo el sureste peninsular tras la
destrucción de Cartagena en el siglo VI, y en ella estableció su
centro político la cora de Tudmir durante los siglos VII y VIII, en
uno de los periodos más importantes de unidad, personalidad y
autogobierno de nuestro país. Esta unidad política se prolongó
durante las centurias posteriores, hasta 1304, en que la
desafortunada
sentencia arbitral de Torrellas
determinó su incorporación al reino de Valencia. También en el
ámbito religioso, las tierras del sur de la provincia de Alicante
formaron parte de la
Diócesis de Cartagena, en
la que se mantuvieron aun después de la segregación territorial de
1304, hasta la creación de la
Diócesis de Orihuela en
1564.
Esta vinculación del Bajo Segura con el resto de la Cuenca, además
de geográfica e histórica, es también humana, socioeconómica y
lingüística. En relación con este último aspecto, se deben recordar
los estudios de Justo García Soriano y José Guillén García que
enmarcan el habla de la comarca en el mismo ámbito lingüístico
que el resto de la Cuenca del Segura, o las primeras poesías de
Miguel Hernández, escritas en su lengua materna, que es la de todos.
«Habla panocho (castellano-murciano) la
huerta de Orihuela». |
Anselmo Carretero Jiménez
“Las nacionalidades españolas”: Valencia |
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¡Siñor amo, por la virgencica,
ascucha al que ruega!...
A este huertanico
de cana caeza,
a este probe viejo
que a sus pies se muestra
¡y enjamás s'humilló ante denguno
que de güesos juera! […]
Miguel Hernández |
A la vista de lo anterior, podemos afirmar la existencia de una
identidad cultural en el Bajo Segura compartida con las demás
vegas de este río y, por ende, con todo nuestro País.
«Comarcas tan importantes como la de
Orihuela son francamente murcianas». |
Joan Fuster
“Nosotros los valencianos”
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«En cambio, la comarca de Orihuela
siguió incluida en la provincia alicantina a pesar -o tal
vez por ello, si de lo que se trataba era de sembrar la
confusión regional para dar vida a las provincias gobernadas
por el poder central- de su condición predominantemente
murciana. Murciana por su lengua, murciana geográficamente y
murciana por su historia antes de ser ganada por las armas
catalano-aragonesas a las de León y Castilla, esta comarca
de transición, mejor que al lado norte de la raya
murciano-valenciana debería quedar al sur de ella». |
Anselmo Carretero Jiménez
“Las nacionalidades españolas”: Valencia |
Por todo esto, no se hace extraño que los proyectos de división
territorial de
Lanz (1810),
Bauzà (1813) y
Bauzà-Larramendi (1821) o
la
división provincial de 1822
incluyeran esta comarca en la provincia de Murcia, inclusión que,
sin embargo, no prosperó en la demarcación definitiva de
1833 ni en la
configuración del actual Estado autonómico durante la
Transición.
«Murcia ha sido siempre una zona
fronteriza […]. Su entidad geopolítica ha sido
transformada continuamente y ha experimentado cambios de
limitación, a consecuencia casi siempre de la adhesión a la
corona aragonesa. Dos o tres veces Orihuela se incorpora
para volver a separarse nuevamente, truncando así la
continuidad de una Región que está agrupada en torno a la
cuenca del Segura, quedando la Vega Baja separada en virtud
de una total desconsideración hacia sus elementos
culturales, históricos y políticos». |
José Luis Castillo Puche
Escritor |
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