En junio de 1813, la regencia encarga al mallorquín Felip
Bauzà una nueva división provincial. El proyecto, presentado
tres meses después, distinguía tres clases de provincias:
- Provincias de primer orden, que incluían
gobernaciones subalternas (así, Cataluña tenía tres divisiones
internas, Galicia cuatro, las Vascongadas tres, etc.).
- Provincias de segundo orden, que carecían de
subdivisión interna.
- Partidos, que eran cada una de las subdivisiones de las
provincias de primer orden (por ejemplo, Álava era un partido de
la provincia de primer orden de Vascongadas, Cáceres en la de
Extremadura, Teruel en la de Aragón, etc.).
La de PROVINCIA DE MURCIA será una gobernación o provincia de segundo
orden, pues no tendrá división interna alguna. Su perímetro
coincide en mucho con los confines del antiguo Reino. Esto es
porque Bauzà entiende que «el afecto y la unión que existe en
los antiguos reinos no debe romperse, pues ello provocaría más
disgustos que ventajas».
En comparación con el Reino histórico de Murcia, este proyecto
de provincia incluye la Vega Baja, al establecer el curso del
río Segura como frontera entre Murcia y Alicante. Por el
contrario, excluye el municipio de Abanilla, que queda para
Alicante, y el partido de Segura de la Sierra (Nerpio y Yeste
incluidos), que
pasan a la provincia de Jaén.
Así, esta provincia queda descrita como sigue: «PROVINCIA DE MURCIA. Su capital
Murcia. Esta provincia tiene por límite al Oriente y Mediodía el
Mar Mediterráneo, al Oriente la provincia de Alicante hasta el
Júcar; y por el Norte este Río, y por Occidente el límite
conocido hasta Elche de la Sierra y Río Taibilla, por cuya
orilla derecha seguirá hasta el antiguo Reino de Granada y
Murcia, de modo que esta Provincia comprenderá los partidos de
Murcia, Cartagena, Lorca, Chinchilla, Villena, Cieza, Hellín y
Albacete».
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