Antes de analizar cualquier aspecto relacionado con
el territorio murciano, debemos reparar en la existencia de DOS REALIDADES DISTINTAS
que pueden responder a la acepción de "territorio murciano": una puramente política
y administrativa, y otra social y cultural, y cada una de éstas tiene un territorio diferente.
Esta idea previa ya ha sido señalada por muchos estudiosos de la
realidad murciana. Entre ellos, destacan:
«Las fronteras políticas y
administrativas son, pues, una cosa, y las fronteras entre
culturas y formas de vida son otra. En resumen, creo que
esta progresiva disgregación, que ha hecho de la realidad
histórica y cultural del viejo reino de Murcia una Región
repartida, requiere una toma de conciencia por parte de
las élites directoras de nuestra Comunidad acerca de las dos
acepciones diferentes que cabe aplicar a la expresión
‘Región Murciana’. En el ámbito político y administrativo,
tal expresión se identifica con la Comunidad Autónoma y con
el territorio que corresponde a esta última. Ahora bien, en
el ámbito sociocultural, el proceso histórico ha
transcurrido harto más lentamente que en el ámbito político,
dejando en pie otra suerte de comunidad; una comunidad
lingüística y cultural más amplia que la Comunidad Autónoma,
propicia a un conocimiento recíproco y al mantenimiento de
unos vínculos fraternales». |
José Mª Jover Zamora
Catedrático de Historia Contemporánea, natural de
Cartagena |
« Reducir la Región Murciana en sus
actuales límites provinciales es consagrar, para no sabemos
cuántos años más, la caprichosa división administrativa
de 1833,
que impediría desde una ordenación integral de riegos y
cultivos [...] hasta una autosuficiencia mínima en
otros muchos aspectos. Para este viaje no se necesitan
alforjas. Pero, además, históricamente, la Región Murciana,
más allá de cualquier ‘imperialismo’, mantiene una latente
presencia (geográfica, económica, social, dialectal) en más
amplias zonas de las que constituyen sus límites actuales.
Ciento cincuenta años de teórica separación no suponen nada,
cuando se habla de estructuras, frente a más de dos mil años» . |
José Antonio Ayala
Historiador, natural de Lorca |
« Al estudiar los actuales límites de la
Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, desde un
principio se aprecia con claridad, como a través de los
distintos momentos históricos de la misma, y dentro de una
constante político-administrativa por parte del poder
central, esta comunidad se encuentra en la actualidad
mermada en sus límites, tanto históricos como culturales,
coincidiendo actualmente con los límites de la provincia de
Murcia, que tuvieron su origen en la división que se llevó a
cabo en
1833 por Francisco Javier de Burgos, Ministro de
Fomento de Fernando VII. Hay en ello un desprecio a las
delimitaciones impuestas por la Historia, una ignorancia del
área real de influencia de los grandes núcleos urbanos
regionales, que supera en algunas zonas los límites
regionales, y el fraccionamiento en cuatro espacios
regionales distintos una clara unidad natural: la Cuenca del
Segura» . |
Fátima Sánchez Galindo
Profesora Titular de Geografía de la Universidad de
Murcia |
« En lo que a la región murciana se
refiere, la división de
1833, en mayor medida que en otros
casos, se saltó los criterios histórico-geográficos para
dejarse llevar por otros exclusivamente administrativos» . |
Juan Bautista Vilar
Catedrático de Historia Contemporánea, natural de
Villena |
La Murcia política y administrativa |
La primera acepción de territorio murciano se corresponde con el
de una entidad político-administrativa, tradicionalmente
conocida como Murcia, Región de Murcia o Región Murciana, que
hoy se encuentra reducida a escasos 11.314 km² (un tercio de su
extensión tradicional), tras un paulatino, intolerable y
arbitrario proceso de desmembramiento.
Estas tierras son
las únicas que, con todo el rigor jurídico y terminológico,
pueden ser denominadas “murcianas”, en tanto que forman parte
oficialmente de un ente político-administrativo llamado Región
de Murcia.
“Murcia ha sido siempre una zona
fronteriza. Debido a esta peculiar característica, se ha
visto sometida a infinitos quebrantamientos y
avasallamientos que han constituido un verdadero atentado
contra su unidad. Siempre ha sido gobernada desde
arriba, desde lejos y mal. Su entidad geopolítica ha sido
transformada continuamente y ha experimentado cambios de
limitación, a consecuencia casi siempre de la adhesión a la
corona aragonesa. Dos o tres veces Orihuela se incorpora
para volver a separarse nuevamente, truncando así la
continuidad de una Región que está agrupada en torno a la
cuenca del Segura, quedando la Vega Baja separada en virtud
de una total desconsideración hacia sus elementos
culturales, históricos y políticos”. |
José Luis Castillo Puche Escritor
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La Murcia social y cultural |
Sin embargo,
como hemos apuntado más arriba, existe una segunda acepción que
designa un territorio que, si bien no puede ser calificado como
“murciano” sin faltar a la realidad administrativa, comparte con
las tierras estrictamente murcianas un conjunto de
características que manifiestan la inexorable unidad de
todo el Sureste.
En este país, situado en el sureste de la Península Ibérica, ha
desarrollado su existencia un pueblo (llámese murciano o como se quiera), un colectivo humano con una
idiosincrasia y unos intereses comunes, que comparte una misma historia,
etnografía, lengua y forma de expresión; un mismo hábitat,
climatología, gastronomía y folklore; una misma problemática, unas
mismas inquietudes; un mismo modo de concebir la propia existencia,…
Es decir, una nación, que, a pesar de todos esos elementos
inmateriales de unidad, se encuentra
repartida actualmente entre varias Comunidad Autónomas.
«La región, en su conformación actual
responde por tanto a criterios puramente administrativos
que, aunque no exentos de unos ciertos fundamentos políticos
y económicos, resultan artificiales por entrar en
colisión con la realidad geográfica y cultural, y con una
tradición histórica multisecular. Los principios de
racionalidad y equilibrio impuestos por Javier de Burgos en
la mencionada división provincial se tradujeron en este caso
en segmentación de un espacio natural. Es así como
quedaron fuera de Murcia y su provincia (hoy región) una
parte de las tierras del alto Segura, los altiplanos
situados al norte y este de Yecla, varios parajes de Alto
Guadalentín y todo el bajo Segura, área ésta que es
prolongación de la depresión prelitoral murciana. Tierras
todas que además de constituir una unidad geográfica
con el territorio de que fueron segregadas, son de
historia y poblamiento netamente murcianos, y aún hoy,
siglo y medio después de establecida la vigente y ya bien
afianzada demarcación de referencia, tienden a gravitar
económica y culturalmente hacia su antigua región. Lo
que prueba que una realidad administrativa, por consolidada
que esté, difícilmente puede sobreponerse a una realidad
natural». |
Juan Bautista Vilar "El proceso de vertebración de la Comunidad de
Murcia" |
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«Los territorios mal colocados, es
decir, sacados de su grupo nacional para agregarlos a otro
inadecuado, muestran tendencia a conservar las cualidades de
su nacionalidad original, aun en el caso de que la
colocación artificiosa sea halagüeñamente aceptada». |
Anselmo Carretero y Jiménez
"Las nacionalidades españolas" |
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