En Murcia, mientras tanto, la idea de una región autónoma formada
por ambas provincias seguía rondando la mente de algunos parlamentarios.
En el pleno del Consejo Regional de 9 de junio de 1980, estando
Albacete ya embarcada en el proceso autonómico manchego, se volvió a
plantear la cuestión. El nacionalista murciano Mariano Yúfera
sugirió que se consultara a los pueblos de Albacete si querían
integrarse en nuestra región. Martínez Ovejero insistió en agotar
todos los cauces para la unificación de Murcia y Albacete en una
misma región. Pérez Crespo lamentó su separación:
«Creo que Albacete comete un error
histórico al no llegar a formar una región única con Murcia,
dado que son economías perfectamente compatibles, su
proximidad geográfica está clara y no existe ninguna
posibilidad de encuentro económico en cuanto a sus
respectivos desarrollos. Son economías totalmente
complementarias y entiendo que si los habitantes de Albacete
y sus parlamentarios son capaces de olvidar viejas rencillas
y resquemores hacia Murcia, se podría llegar a constituir lo
que es la región-tipo, como podría ser la reconstitución del
reino de Murcia, con la unión de ambas provincias». |
Días después, el 13 de junio de 1980, un editorial del diario
"Línea" volvía sobre el tema. Decía que «la unión de ambas
provincias es una idea entrañable que apoya, en términos generales,
el pueblo murciano y amplios sectores de la opinión pública
albacetense y que debe tener continuidad partiendo la iniciativa de
la región murciana con sustanciosa promesa a la provincia de
Albacete, ya que secularmente ésta ha sido siempre marginada por
nuestras autoridades y por algunos sectores sociales y culturales».
Sin embargo, otros, como Adolfo Fernández, director de Radio
Juventud en Murcia, entendían que «la región de Murcia está
integrada por la cuenca del río Segura, se quiera o no. Si Albacete
quiere integrarse en la región murciana sería admisible, pero sin
súplicas nuestras».
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