La actual provincia de Almería fue creada en 1833 a partir de las
tierras orientales del reino de Granada, con los límites que, con
alguna salvedad, ya tenía la diócesis de Almería. Todos los
municipios de esta nueva demarcación habían formado parte, incluso
desde antes de la conquista castellana, del reino de Granada.
Con las excepciones de Huércal-Overa (antigua pedanía lorquina) y
Pulpí, el resto del territorio almeriense no perteneció en ningún
momento al Reino de Murcia. No obstante, esta distinta adscripción
territorial no impidió que las tierras de Almería (y, sobre todo,
las situadas en su mitad septentrional) recibieran una importante
influencia murciana, de mano de los miles de repobladores, que
procedentes de diversos puntos del reino de Murcia, se asentaron en
su territorio.
Esta influencia, que da al almeriense un carácter diferente, había
sido ya constatada en el siglo XIX por Pascual Madoz, que, en
su “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus
posesiones de Ultramar”, al hablar de los habitantes del antiguo
Reino de Granada, afirmaba que:
«Se nota sin embargo entre los del
tercio oriental y los habitantes del centro y occidente del
reino, la misma diferencia que llevamos observada en cuanto
á su terreno. Son, digámoslo así, menos andaluces y mas
parecidos á los murcianos, con quienes tienen una
comunicación mas espedita, mas contínua y estensa que con
los granadinos. No solo se manifiesta esta uniformidad en
sus usos y trages, sino tambien en su pronunciación, pues
rara vez hacen sentir el sonido de la h, aunque usan muy
bien de la z».
La vinculación cultural entre ambos territorios, condicionada
también por la proximidad geográfica, es especialmente constatable
en las comarcas almerienses situadas al norte de la sierra de los
Filabres, lo que ha permitido a algunos estudiosos señalar la
existencia de dos zonas diferenciadas en tierras de Almería, por
ejemplo, en materia lingüística:
«Lingüísticamente, de un lado, tenemos
las comarcas alpujarreñas y la parte de la sierra de Gádor
que enlaza con Granada y el resto de Andalucía; y de otro,
una amplia zona en la que las áreas léxicas que conectan con
el oriente peninsular, no tienen una frontera o límite fijo,
[…], de ahí que algunos dialectólogos incluyan la franja más
oriental de nuestra provincia dentro de la variedad
lingüística murciana».
Francisco Torres Montes “Nombres y usos tradicionales de las plantas silvestres
en Almería”