Nombre
Territorio
Historia
Etnografía
Lengua
Símbolos
Instituciones
Precedentes
El Cantón (1873)
Siglo XX
Aspectos generales
El proceso autonómico
La cuestión territorial
Nuestra identidad
Reforma del Estatuto
Normalización lingüística
Vertebración del territorio
El problema de los localismos
Economía y Desarrollo
El Arco Mediterráneo
Infraestructuras
Agua
Medio Ambiente
Partidos políticos
Participación ciudadana
Cultura y Sociedad
Documentos de texto
Documentos de audio y video
Hemeroteca
Bibliografía
Descargas
Inicio > La Transición en Murcia > El problema territorial > Introducción
Introducción

Fue a lo largo del periodo preautonómico cuando se abordó el problema de la delimitación del territorio de la futura Comunidad Autónoma, y la cuestión no fue en absoluto pacífica.

Desde todos los ámbitos del regionalismo y nacionalismo murcianos se propugnaba la existencia de un pueblo con una misma historia y características socioculturales, asentado en un territorio mayor que el de la provincia de Murcia. La aspiración de incluir tales territorios en nuestra Comunidad fue, a finales de la década de los setenta, un sentimiento bastante extendido en la prensa y aun en determinados círculos políticos, económicos e intelectuales de la sociedad murciana. De hecho, el 25 de junio de 1976 (antes incluso de la constitución de las primeras preautonomías), la Diputación de Murcia acordó crear una Comisión para analizar nuestra identidad regional, en la que ya surgió el tema de las relaciones con Albacete y Orihuela.

Durante la etapa preautonómica, se produjo un amplio debate social al respecto, con encuentros de especialistas (historiadores, geógrafos, etc.) y mesas redondas, en las que la presencia del tema fue constante. También la prensa diaria (principalmente, el diario "Línea") desplegó entre 1977 y 1978 una intensa campaña en tal sentido. Incluso hubo contactos con parlamentarios de las provincias afectadas y varios Ayuntamientos se pronunciaron a favor de su integración de la Región Murciana.

Sin embargo, todas aquellos estudios e iniciativas tuvieron que enfrentarse con los intereses de otras nacionalidades y regiones, y con los propios del Estado, que rechazó cualquier posibilidad de alterar el mapa provincial, principalmente con el objetivo de asegurar la unidad de Navarra frente a las pretensiones del Consejo General Vasco.

El mecanismo para conseguir esta “inalterabilidad” de los límites provinciales vino de la mano del procedimiento establecido para solicitar el acceso a la preautonomía, ya que éste requería la constitución de una Asamblea de “todos los diputados y senadores” del territorio correspondiente (provincia), lo que conducía inexorablemente a que los límites de las Comunidades Autónomas acabaran por coincidir con las de las provincias por las que tales parlamentarios habían sido elegidos.

Desde entonces, la única fórmula para conseguir la integración de estas comarcas en la Región Murciana pasaba por la incorporación de toda la provincia en la que tales territorios se encontraban; solución ésta imposible y tan poco convincente para el regionalismo murciano como la de que la Comunidad Murciana quedase definitivamente reducida en su territorio al de la provincia de Murcia.

De esta forma, acabaron asfixiadas las aspiraciones murcianas de incorporar a la futura Comunidad determinadas zonas de la provincia de Albacete (hasta Hellín), de Alicante (la zona de Orihuela) y de Almería (la comarca de los Vélez).

Durante la redacción del Proyecto de Real Decreto-ley de preautonomía, el Órgano de Trabajo, en su sesión de 11 de febrero de 1978, apenas dedicó tres cuartos de hora a la cuestión, y acabó aprobando el art. 2, que dejaba claro que «el territorio de la región de Murcia es el de los municipios comprendidos dentro de los actuales límites administrativos de la provincia». Es probable que ello se debiera a que el borrador entonces manejado todavía incluía la referencia a los municipios limítrofes, propuesta por Pérez Crespo. Pero esta enmienda cayó y, con ella, los deseos de muchos murcianos de ver unida, por fin, la que consideraban como la auténtica Murcia.

Durante los años siguientes, la cuestión no volvió a suscitarse o, para ser más exactos, lo hizo con mucha menos fuerza y convicción. Y así hasta hoy, fecha en la que efectivamente, y a pesar de todos aquellos esfuerzos «el territorio de la región de Murcia es el de los municipios comprendidos dentro de los actuales límites administrativos de la provincia» (art. 2 de nuestro Estatuto), y nada más.


¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶¶

 

www.jarique.com
Resolución mínima 800x600 en IE5.0 y NS6.0 © Copyright 2005 Asociación Jarique
Actualización: 03/07/2006