Daniel Cremades Cerdán, en su libro "Panorámica de la región
murciana", expone cuáles, según su criterio, han de ser las dos
bases sobre las que formar la naciente región murciana:
1) EL
DIALECTO MURCIANO
Con base en el mapa filológico descrito por Justo García Soriano en
su libro «Vocabulario del dialecto murciano», Cremades
delimita el territorio regional de la siguiente manera:
- Al norte y noroeste: Casas Ibáñez, Almansa, Chinchilla, Hellín y
Yeste, con zonas de transición.
- Al oeste: provincias de Granada y Almería, con zonas dentro de
ambas provincias en las que se detectan mutuas influencias de los
dialectos andaluz y murciano, si bien a partir de Huéscar, Vélez
Rubio y Huércal-Overa se habla el dialecto murciano.
- Al este: el límite, de norte a sur, estaría
conformado por los pueblos de Cofrentes, Cortes de
Pallás, Millares, Jarafuel, Teresa de Cofrentes, Ayora, Mula,
Enguera, Almansa, Fuente la Higuera, Campo de Mirra, Villena, Biar,
Elda, Raspay, entre los términos de Jumilla y Pinoso, Monforte,
Aspe, Abanilla, Albatera, Catral, Dolores, San Fulgencio, Daya
Vieja, Formentera, Rojales, La Mata y Torrevieja.
- Al sureste y sur: el mar Mediterráneo.
Además, afirma, los distritos filológicos del dialecto murciano
coinciden exactamente con las grandes comarcas que podrían
constituir la región murciana: Murcia, Cartagena, Caravaca, Lorca,
Hellín, Orihuela y Yecla.
2) LAS COMARCAS AUTÓNOMAS DEL
SEGURA
El 17 de enero de 1978, Daniel Cremades publica un artículo
basándose en las áreas dialectales, en lo que fue el Reino y las
características étnicas y geográficas, y propone de nuevo las que él
llama Comarcas Autónomas del Segura.
En él afirma que la definición del marco territorial «es y debe
ser la primera demanda de nuestro Estatuto de Preautonomía porque,
en cierto modo, de la integridad territorial depende ser o no ser y
una realidad no debe ofrecerse amputada y recortada inicialmente
porque esto, además de que no es serio, significa un atentado a la
Naturaleza y un obstáculo al desarrollo futuro».
Propone
que los límites regionales figuren «explícitamente
en uno de los primeros artículos del Estatuto de Preautonomía para
hacer constar inicialmente los auténticos límites si bien -para
evitar que la negociación con el Gobierno entre en un cauce
inviable- se podría admitir seguidamente que, en virtud de la actual
división política de España en provincias, la región murciana
aceptará su actual delimitación provincial, igualmente con carácter
provisional, de forma que, aprobada la Constitución y articulada la
división de las regiones en comarcas, se proceda a consultar a las
mismas su adscripción regional definitiva. Este proceso debería ser
generalizado por el Gobierno en todos los estatutos de preautonomía
para conseguir que todas las comarcas naturales de España se
adscriban sin condicionamientos a la región donde deban estar».
Cremades es tajante al respecto: «sin afanes expansionistas ni anexionistas, Murcia no
debe renunciar a lo que es murciano ni debe abandonar a las comarcas
que tienen las mismas afinidades y participan de la misma
problemática. El expansionismo y el anexionismo lo practican las
regiones que ciegamente basan su delimitación en la división en
provincias. División que históricamente ha venido recibiendo la más
dura crítica de los sectores más responsables de España, desde que
Bravo Murillo, caprichosamente, diera lugar a esta división
territorial de signo centralista». |