De pocas comunidades humanas puede decirse que
hagan de su negación histórica una constante vital. Como prueba
más evidente de esta autonegación a la que nos venimos refiriendo se
encuentra la aversión que siente el murciano por definirse como
tal, por utilizar su gentilicio y denominar a su tierra por el
nombre con el que se la conoce desde la Alta Edad Media.
En esta
actitud ha sido decisivo el papel de los poderes públicos murcianos
que han optado por marginar el topónimo "Murcia" y el gentilicio
"murciano" en beneficio del genérico "Región" y "regional", no se sabe muy bien si
por amparar
ciertos localismos "de campanario", seguir contribuyendo a la
neutralización del perfil histórico del pueblo murciano y evitar así el
nacimiento de una conciencia comunitaria, o simplemente
para evitar confusiones con un topónimo repetido y ambiguo, lo que en
absoluto estaría justificado.
«La utilización sistemática del adjetivo
“regional” por parte de los poderes públicos murcianos, para
designarse a sí mismos o a todo lo que tenga que ver con lo
murciano, sin utilizar los gentilicios “murciano/murciana”
(como sería deseable en todas las ocasiones), supone un
uso excesivamente aséptico, y, en ocasiones, poco
comprometido con el territorio y con sus habitantes, así
como poco comprometido con la auténtica toponimia de aquél y
con los gentilicios genuinos de éstos. El hecho de que la
Comunidad Autónoma de la Región de Murcia tenga por capital
a una ciudad también con el nombre “Murcia” no puede
significar que este último nombre se pierda cuando se
designa al todo, y no sólo a una parte». |
Ángel Custodio Navarro Sánchez "El
estatuto jurídico del patrimonio de la Cuenca del Segura"
En "Estudios sobre el estatuto jurídico de las lenguas en
España" (2006) |
Los resultados de esta política en la Comunidad
Murciana,
frente a lo que es habitual en otras autonomías, los encontramos en la Asamblea Regional,
el Gobierno Regional, Onda Regional, la Biblioteca Regional, el Servicio
Regional de Empleo y Formación, la Editora Regional, la bandera
regional, el día de la Región,...
Esta práctica llegó a los límites del patetismo
con la creación del “Servicio Murciano de Salud”, cuya pretendida
nominación inicial fue la “Servicio Regional de Salud”. Se dio el
caso que, en uno de los numerosos órganos de coordinación de política
sanitaria a nivel del Estado, a cuya mesa se sienta un representante
de cada una de las Comunidades Autónomas, todas, absolutamente
todas, hacían referencia a su gentilicio, excepto alguien cuyo origen
era difícil de adivinar porque representaba al “Servicio Regional de
Salud”, con lo que el representante murciano era el representante de
ninguna parte.
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