Y yo, la verdad, no me lo puedo creer. Porque va en contra de la lógica regional y espesa. Me digo: "Si a los de aquí no nos dan ni una sed de agua, si todo es bla-bla-bla de los politiqueros, si nos pasamos la vida lloriqueando estructuras, ¿cómo se nos va a dar el doble de lo que den a otras regiones?".

Carece de sentido. Yo no me trago que vayamos a disponer, aun cuando fuera para el milenio que viene, de un par de AVES entrando en la estación del Carmen. Fíjese el lector que, para ir a Barcelona, tenemos que coger el Euromed en Alicante. Y para ir a Madrid, seguimos como en la Edad Media, a bordo de esos putos Talgos y en esas putas vías que están ya más que amortizadas. Es decir, jubiladas... sobre el papel.

Tocante a las comunicaciones por carretera, al cabo de las mil nos ponen autovía desde Murcia hasta La Roda para empalmar con la de Valencia. Y luego tenemos la de Alicante, que fue igualmente tardía y más mala de circular que un dolor que se te empondera.

¿Por qué regla de tres va a cambiar ahora la vieja filosofía? Pedir para Murcia dos cosas, como serían los dos AVES, nunca dio resultado ninguno. Mira el aeropuerto, que tenemos sólo la migaja de San Javier y no nos ponen otro más decente. Mira el trasvase, que contamos únicamente con la insuficiencia del manchego y no nos dan el aragonés. ¿Queréis más ejemplos?

Decir que esta Región va a gozar dos AVES, mientras que en otras más mimadas sólo gozan o gozarán uno, es la chorrada más grande que oyeron los siglos.

Lo que sí tenemos en Murcia son unas tragaderas así de grandes.

(La Verdad, 26 de enero de 2006)