¿Cuánto tiempo se tarda en construir una autovía, un aeropuerto o un
tramo ferroviario de alta velocidad? Es una pregunta que no tiene
respuesta, ni siquiera aproximadamente, en la Región de Murcia. Aquí
las infraestructuras pendientes no se cuentan por años, sino por
lustros, que es la unidad de medida al caso. La inauguración días
pasados del AVE Toledo-Madrid y del aeropuerto de Albacete nos
permiten detenernos para saber dónde estamos; porque es del todo
incomprensible que siendo Murcia la séptima ciudad española; y
estando en la Región que más crece en términos económicos y
demográficos, todavía padezcamos una penuria casi tercermundista en
los grandes transportes colectivos. Sólo hay que asomarse por la
estación de El Carmen y por el aeropuerto ya colapsado de San Javier
para hacerse una idea.
Han transcurrido ya cinco años desde aquel famoso Pacto que reunió
en Murcia al ministro Álvarez-Cascos y a los Presidentes de las
comunidades implicadas en el AVE Madrid-Levante. Se acordó un
recorrido, después de meses de discusiones, y una ristra de
compromisos de inversión que debían empezar a ver la luz a los dos
años. La foto fija actual es que Toledo tiene merecidamente su AVE
(merced precisamente al Pacto de Murcia); y que existen numerosos
tramos en obras entre Madrid, Albacete y Valencia. A Murcia sólo le
tocó el tramo de 9 kilómetros entre Beniaján y el acceso a la
capital: ¡con un plazo de ejecución de 28 meses!, no fuera que nos
adelantáramos al resto. El Gobierno de Valcárcel cedió al trazado
del AVE de Levante a través de Cuenca que en nada le beneficiaba
porque, argumentaba, no se podía negar esta petición en
correspondencia con la solidaridad de Castilla-La Mancha con los
trasvases de agua.
En cuanto al tramo entre Murcia y Elche, ha habido que esperar
hasta agosto pasado (4 años y medio después) para pactar una trazado
semi aceptable que aún no ha visto la luz. Y en cuanto al
soterramiento de la estación de Murcia, aún estamos esperando a que
acuda la ministra Magdalena Álvarez para firmar los convenios (se
dijo que iba a ser en octubre).
Cada vez se hace más patente el magnífico tren -en términos
económicos y de desarrollo- que perdió la Región de Murcia en 1994,
cuando estaba el dinero disponible para desdoblar y electrificar la
línea Murcia-Alicante, una de las más rentables de Renfe y la que
más crece en viajeros -más de 3 millones anuales-. Voló la inversión
y voló el Euromed. Nos queda una línea de cercanías saturada, con un
sistema de seguridad primitivo y con material de segunda. Diesel,
por supuesto.
(Fecha de reivindicación del AVE: 29 de septiembre de 1999 -cena en
Madrid de Valcárcel con Bono, Zaplana y Arias Salgado-).
De la variante ferroviaria de Camarillas (no hay que olvidar tampoco
la de Alcantarilla) no merece la pena hacer más sangre, pese al
compromiso personal del presidente Rodríguez Zapatero (en verano
pasado) de que se iban a contratar las obras de inmediato. Pasan los
meses con excusas de índole administrativa y las promesas quedan de
nuevo en vía muerta. Se habilitó una partida presupuestaria para
este año, aireada como un logro histórico, que se ha vuelto a quedar
en el cajón. El calendario oficial es que estará para el 2009. La
frustración social ya es cansancio.
(Fecha de reivindicación de la variante de Camarillas: Gobierno de
Carlos Collado, antes de 1993).
El aeropuerto internacional de Corvera que promueve el Gobierno
regional estaba pendiente (en noviembre) de que Aena diera su visto
bueno al Plan Director; aunque parece que falta asimismo la póliza
de Aviación Civil. También pasan los meses con un descaro difícil se
asimilar cuando vemos cómo en Albacete se inauguró su nuevo
aeropuerto el pasado día 26 de la mano de los ministros José Bono y
Magdalena Álvarez. El nuevo aeródromo está gestionado por Aena, que
ha invertido 9,9 millones de euros. Nada que objetar, porque Aena
también están invirtiendo en la ampliación del aeropuerto de San
Javier con una segunda pista, otra terminal, aparcamientos y torre
de control. Pese a la ampliación, este aeropuerto no podrá asimilar
a corto plazo el imparable crecimiento del tráfico de viajeros, que
están como sardinas en lata.
Los aeropuertos de Albacete y San Javier, que tienen en común ser
bases militares, forman parte de aquel pacto que suscribieron los
ministros Álvarez-Cascos y Federico Trillo para la utilización
conjunta de estas instalaciones, a espaldas del Gobierno murciano y
con el consiguiente malestar de Ramón Luis Valcárcel y sus
consejeros, en especial de José Pablo Ruiz Abellán.
Lo que sí hay que objetar es que Aena siga cuestionando no ya su
participación en el nuevo aeropuerto regional, sino que además el
Ministerio de Fomento no dé luz verde de forma definitiva. Por
Albacete vuelan 15.000 pasajeros al año; mientras que San Javier ya
ha superado el millón, que se multiplicará por cuatro con las nuevas
instalaciones de Corvera. ¿Cómo se explica esta carrera de
obstáculos y zancadillas políticas con el nuevo aeropuerto? Lo
último que se sabe es que en noviembre pasado debía dar Aena su
aprobación, según anunció su presidente, Manuel Azuaga, al consejero
Joaquín Bascuñana.
(Fecha de reivindicación del nuevo aeropuerto regional: Consejería
de José Salvador Fuentes Zorita, antes de 1993).
Ni el ministerio de Álvarez-Cascos ni ahora el de Magdalena Álvarez
tienen ninguna prisa con Murcia, que no ve una correspondencia
inversora por parte del Estado acorde con su empuje económico y
social.
Las carreteras aparecen en el tercer capítulo. La autovía del
Altiplano, que constituye una conexión vital para vertebrar Jumilla
y Yecla, es otro de los proyectos que siguen en el cajón del
Ministerio de Fomento. Un cajón que se llama: ¿Dónde está Murcia?
Esta autovía, que cada Gobierno que llega promete agilizar, aún no
ve el inicio de las obras. Se mantiene el compromiso de que antes de
fin de año (de éste) comiencen los trabajos en el tramo de Fuente La
Higuera a Yecla. Hacia Murcia, ni se sabe.
(Fecha de reivindicación de la autovía: El Gobierno de Aznar dio la
orden de estudio en 1999. Seis años después, sigue a la espera).
Otra obra que forma parte del imaginario popular murciano es el
tercer carril del Puerto de la Cadena, que ya venía con consignación
presupuestaria del Estado en el año 2000. Lo último que se sabe es
que el Consejo de Ministros la sacó a licitación el 30 de julio
pasado. Habrá que esperar a que se adjudique y a que se ejecuten las
obras. Eso supone unos cuantos telediarios y los consabidos atascos
de fines de semana.
Afortunadamente para el Gobierno de turno, los murcianos son
agradecidos. Basta con que en Madrid muevan un papel cada seis meses
para que vean la obra ya hecha. Se viaja con imaginación.
(La Verdad, 4 de diciembre de 2005)
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